Al desnudo, perfil de un Stripper.

27.05.2013 20:12

STEVEN AL DESNUDO

“En las noches soy el protagonista”.

Empieza a entrar la media noche y con ella los gritos del público que llevan entre dos, tres o más horas bebiendo y bailando, se apagan las luces, la barra se ilumina y un cuerpo masculino se acerca.

Los 80 fueron los años en que se abrieron los primeros que se decidieron a esto en la muy discreta noche, y hasta los 90 la actividad tomó apogeo y un poco más de libertad ante los ojos críticos de la sociedad.  

Con 24 años Stiven Ramírez Muñoz sus fines de semana los enchufan con el jugueteo, el baile, la música, el trago, luces y decenas de personas en discotecas de Antioquia donde contratan sus servicios. Nació en 1989 un martes 25 de abril en la cuidad de Medellín, hasta sus cinco años vivió en el barrio Fátima con sus padres Bibiana Muñoz y Alberto Ramírez quienes decidieron separarse y con esto mudarse él, su madre y hermana menor de 2 años a casa de su abuela materna Hilda Arango en Itagüí en el barrio San Fernando donde actualmente sigue viviendo.  De su padre poco le gusta hablar y como lo afirma poco conoce para decir.

Terminó su bachillerato a los 18 años en el colegio el Rosario de Itagüí, donde no se caracterizo mucho por sus notas pero sí en la preparación de eventos y jornadas culturales. Se encuentra en su segundo semestre de estudio en  una tecnología en contabilidad y finanzas en el Sena, trabaja como vendedor de calzados en el almacén Fucsia Manía en Itagüí, amante del básquetbol que practica hasta entonces. El rock en español y el reggaetón son los géneros musicales que lo acompañan. Es el único hombre de la casa por lo que el sustento de la familia ha corrido en gran parte por su cuenta, es por ello que decide en 2011 iniciar con un nuevo proyecto de vida, frente a la necesidad de obtener dinero pues hasta 2008 poseía un pequeño trabajo como mesero en el centro comercial Mayorca en el local Pizza Doble Pizza donde conoció a uno de sus dos únicos buenos amigos, “ No tengo muchos amigos, y menos  que se dedican a lo mismo, soy de pocos amigos, mis únicos dos son uno del colegio y otro que conocí como mesero”. Ese segundo proyecto fue empezar a prestar servicios como Stripper, “el que se desnuda” motivado por un conocido y hoy uno de sus contratistas más frecuentes Felipe Restrepo decide entrarle, Steven es reconocido en la discoteca penal 49 en la Zona Rosa de Buenos Aires, con sus tangas de leopardo,  Restrepo afirma que es un hombre muy profesional, entregado, amable y divertido, trata con respeto a todos su clientela y sí que los divierte, hombres o mujeres quedan muy satisfechos luego de cada show.

La primera vez que salió al público y aprovechando su físico que siempre mantuvo en forma con el deporte, Steven muestra sus habilidades de baile y sensualidad con muy poca timidez pues nunca se caracterizó por ello, “Es una persona extrovertida y amable aunque cuando se enoja no hay nada que lo haga contentar, puede pasar días sin dirigirte la palabra” Luis Felipe Prada amigo del colegio.

Actualmente quitarse la ropa ante mujeres ­es lo que le  ha ayudado a mantener a su familia. Steven gana en un sábado de desnudos rítmicos entre 200 a 600 mil pesos dependiendo la cantidad horaria por noche y servicios que ofrezca; en discotecas con muchas personas o fiestas privadas con cinco a diez.  En pocas horas, Steven pueden ganar lo que a otros les toma dos semanas o más, e inclusive hasta le va mejor. 

 

LAS RELACIONES PERSONALES

No es casado ni tiene hijos sólo una relación de noviazgos que para él suele ser muy complicadas y poco duraderas, “La única novia que quise muchísimo la tuve a los 17 años cuando estaba en el colegio, duramos 3 años de relación pero las cosas no se dieron”. Con sus parejas no le ha ido muy bien, “a pesar que mujeres nunca faltan,  solo lo ven como objeto”.  Cuando se decide a llevar una relación formal y seria acaba por el trabajo, actualmente lleva una relación pero tiende a no entregarse del todo porque siempre acaba igual, distanciándose por su trabajo. Los únicos días que tiene para compartir con la pareja son las noches de fines de semana pero debe prepararse para hacer su presentación, pues su segundo trabajo y los estudios le llevan toda la semana.  Su actual novia Alejandra Giraldo ha ido solo una vez a ver lo que hacía “cuando se desnuda mezcla lentitud y sensualidad; es difícil ver como provoca al publico, pero también se hace respetar y lo respetan, entonces no me preocupa tanto”

“hasta mi abuelita me aconseja bailarles bien a las muchachas”

Steven cuando llevaba casi un año como stripper decide contarle a su abuela en primer momento lo que hacía cada noche de fin de semana, luego a su madre pues se preguntaban cómo hacía para conseguir el dinero, así pues sus dos principales mujeres lo apoyaron.  Steven toma su trabajo tan responsablemente como cualquier otra profesión,  reconocido por su profesionalidad, puntualidad, humildad, educación, seriedad, y trazar sus propios limites al momento de mostrarse  en cada situación, “obedezco  los deseos de las clientas, pero con respeto, saben que sólo me desnudo y les bailo para conseguir que pasen un buen rato y se diviertan”.  Por los criterios que maneja Steven en su trabajo quienes viven con él lo apoyan. Aunque no falta la tía conservadora que le llama a lo que hace “pecado” y mira mal a su madre y a él por permitirse hacerlo.

Steven entrega 2 horas,  6 veces en la semana al ejercicio en el gimnasio para tonificar su cuerpo, consume entre 5 a 6  comidas diarias en pequeñas cantidades y evita comer en las noches. El cuidado del cuerpo es muy importante, mantenerse depilado, un tono de piel bronceado, los músculos tonificados y la practicas de los movimientos al bailar que sean fuertes pero al tiempo sexys y suaves.  “Ser stripper no es solo pararse a bailar y que mujeres o hombres te miren y griten, ser stripper consta de trabajo y sacrificio, saber moverte, tratar con la gente, ganártelas con la mirada. Seducir a todo el público y soportar cositas”.

En varias ocasiones ha tenido que lidiar con mujeres que muchas veces  pierden la compostura­, Una vez durante una presentación en una discoteca una clienta le agarró el pene y por más que le rogaba que lo soltara no lo hacía, “Aunque nos den nalgadas fuertes, nos intenten desnudar por completo o rasguñar, siempre se debe sonreír y en ningún momento maltratar ni físico ni verbalmente a las clientas. Son los gajes del oficio”

Una noche aparece como vaquero, bombero o policía americano y algunas mascaras, que le den misterio a cada presentación. “Algunos lo ven bien, otros mal, lo considero un trabajo, somos afortunados de tenerlo muchos buscan uno y no lo tienen o ganan muy poco por mucho esfuerzo, es una fortuna”   

Steven no presta sus servicios de stripper en ningún sitio en Itagüí, no le gusta trabajar en la zona en la que vive, por eso se desplaza a Medellín donde es mayor la acogida, o algún otro municipio o cuidad donde le ofrezcan dar una presentación  bien pagada siempre no le afecte el otro trabajo.

 “Me cohíbo de tomar licor durante las presentaciones uno que otro guaro que me ofrecen, pero el trabajo es el trabajo”

De su trabajo ha decidido que su relación con las mujeres del público debe ser estrictamente profesional y mientras dura la presentación, pues partiendo de una experiencia que tuvo con una de ellas, en un show en 2011 en su cuarta aparición como stripper en una discoteca. Un domingo día de la madre entre las asistentes conoció a una mujer que subió  a bailar con él (con la que después tuvo una relación muy corta); lo invitaron a la mesa luego de acabar su número, a beber algunas copas que se extendieron hasta las cuatro de la mañana, con mucho sueño, cansado y “una resaca de esas que no se pueden ocultar”, llegó tarde y perdió el empleo como asesor de venta en el entonces Comcel, fue la única vez que descuidó una cosa por otra, “no le doy prioridad a nada, intento darle equilibrio a todas” aunque para él los estudios pueden esperar un poco más.

Su trabajo requiere de dominar técnicas de seducción, desnudos, derroche de sensualidad “Conozco muchos sitios y personas, es un arte a pesar de lo que digan, la importancia es que como artista logre satisfacer y divertir al público durante el show y así también yo me divierto bastante”.

Steven ha decidido continuar siendo stripper y graduarse finalmente en su técnica y trabajar en alguna oficina administrativa y desenvolverse en el campo que estudia y sólo dejará de bailar y desnudarse cuando  sienta que sus movimientos ya  no despiertan miradas.